Cuándo hay que conseguir financiación para tu negocio

Una pregunta que me hacen mucho: “Lorenzo, ¿cuándo me recomiendas empezar a buscar plata?” y la respuesta para mí siempre es la misma: AYER. En mi experiencia, todos los que han venido con esa pregunta ya estaban tarde. Permítanme explicar.

¿Cuándo hay que buscar financiación para tu startup?

Para ser claro, no todo el mundo tiene que levantar dinero para crear o crecer su negocio. Cada caso es diferente, por lo tanto cuando digo que deberías de empezar a preocuparte por buscar financiación estoy asumiendo que efectivamente lo vas a necesitar. En cambio, si sabes que en tu caso no va a ser necesario levantar capital, bien por ti y probablemente dormirás mucho mejor por la noche.

Entonces para que todo esto tenga sentido, empecemos por entender cuándo hay que buscar dinero para financiar tu negocio. Se me ocurren principalmente dos escenarios.

  • El primero me van a decir que es obvio, sin embargo mucha gente empieza a emprender sin ni pensarlo. Tienes que levantar dinero cuando tu negocio no genera dinero. Hay productos o servicios que uno se tarda un buen rato en crear antes de poderlos vender y, por ende, antes de empezar a generar ingreso. Y mientras tanto, seguramente tendremos que gastar dinero para producir esos productos o armar esos servicios. Si lo que quieres vender son clases de inglés, quizás no, pero si quieres vender algo - aunque sea limonadas en la calle - es posible que necesites tiempo y dinero para estar en condiciones de monetizar (tendrás que comprar los limones, el azúcar, las copas de plástico, armar el puesto, poner un cartel, etc.). Y, obvio, cuando empieces a generar ingresos, eso tampoco implica que vas a tener beneficios ;-) Entonces las matemáticas son muy simples: si el dinero que tienes es menor del dinero que necesitas hasta empezar a generar beneficios, tienes que buscar financiación externa.

  • El segundo escenario ya no es tan obvio. Hay veces en las que tu negocio va bien, lo puedes financiar por tu cuenta y/o ya estás generando beneficios, sin embargo te ves forzado a acelerar el ritmo de crecimiento. Hay casos en los que no nos podemos permitir el lujo de crecer de formar orgánica y tenemos que forzar el crecimiento, posiblemente inyectando dinero. Lo hacemos porque el mercado está creciendo más rápido que nosotros y necesitamos por lo menos mantener nuestra posición. Hay que atacar para defenderse. Ok - quizás tengas un negocio tranquilo, estable, y estés conforme con tu tasa de crecimiento, pero ¿qué tal si tu competidor más cercano sí levanta dinero - millones de dólares - e invierte para mejorar sus márgenes, o peor aún decide vender sus productos o servicios bajo costo para sacarte del mercado? Te toca reaccionar, debes de responder al ataque, o mejor aún - ataca tu primero.

¿Cuándo deberías de empezar a conseguir financiación para tu empresa?

Sigamos. Asumamos entonces que por una razón u otra, te toque conseguir financiación externa. Hay muchas fuentes de financiación, hay deuda, equity, crowdfunding, etc. pero acuérdense que la pregunta hoy es otra: ¿en qué momento deberías de empezar a preocuparte de conseguir esa financiación?

Imagínate que va a salir de viaje, y para llegar a tu destino tienes que manejar muchas millas. Hasta tienes que cruzar montañas y desiertos (una buena metáfora de lo que te espera como emprendedor). Lo normal es empacar algo para el viaje, unas botellas de agua, unos snacks, y llenar el tanque de gasolina. Es más, como vas a tener que cruzar un desierto, seguramente habrás calculado si el tanque de gasolina va a alcanzar hasta tu destino final, de lo contrario tendrás que llevarte unos bidones o unos contenedores de combustible. Parece lógico, ¿cierto? Ya sabes a dónde quiero llegar… ¿Por qué no hacemos lo mismo con nuestros negocios? Si ya sabemos que vamos a tener que conseguir financiación, ¿por qué no pensar en eso ANTES de llegar a necesitarlo (quedarnos sin gasolina)? Incluso mejor, ¿por qué no lo pensamos ANTES de empezar a crear nuestro negocio?

Verás, intentar levantar dinero cuando ya se te acabó es como intentar comprar gasolina en medio del desierto: la probabilidad de encontrar a un vendedor es muy baja, y aunque lo encuentres la pagarás muy cara. Los (pocos) inversionistas interesados van a aprovechar que estés desesperado para exprimir tu valoración. Pero honestamente, para mí el problema grande es otro. Digamos que empiezas a hablar con varios inversionistas y todos te dicen lo mismo: “Me gusta tu empresa pero le falta ‘algo’ (validación, tracción, algún activo, etc.)”. Posiblemente te lo digan en buena fé, para ayudarte, más allá de proteger su inversión. El tema es que si para cuando te das cuenta de lo que te falta para cumplir con las expectativas de los inversionistas ya no tienes dinero, ya es tarde. Te están literalmente dando la clave del rompecabezas pero ya no la puedes implementar.

Ahora imagínate tener esa clave desde el día 1. Imagínate averiguar qué es lo que buscan los inversionistas antes de empezar, cuando todavía tienes el tiempo y el dinero de construirlo. A eso me refiero cuando digo que levantar dinero es lo primero que deberías de hacer, antes de construir el negocio.

La importancia de gestionar bien lo (poco) que tienes

Puedes ignorar todo esto que te estoy contando, pero fíjate en otro problemilla. Inviertes todo el tiempo y el dinero (poco, mucho, no importa) que tengas en crear tu negocio. No solo corres el riesgo de que te falte ‘algo’ cuando intentes levantar capital, sino que también lo que podría pasar es que sobre algo. Lo típico es gastar demasiado en desarrollar el producto, y ¿sabes qué? Por mucho que tu quieras enseñar a los inversionistas todo lo que hace tu bebé - perdón, tu producto - a los inversionistas les va a importar solo hasta un cierto punto. Los inversionistas invierten en negocios, no en productos. Y si lo que ven es que te has gastado la mayoría de lo que tenías en desarrollo de producto en vez que en validación, tracción, equipo, etc. van a pensar que has hecho un mal uso de tus propios recursos, lo cual les va desincentivar. ¿Para qué darte mi dinero si ya has demostrado que no sabes gestionar ni el tuyo? Y ahí sí estás muerto, tirado en medio de una carretera en pleno desierto.

Conseguir los fondos es tu nueva prioridad 🙃

Conclusión: 1) intenta entender lo antes posible si el negocio que estás armando va a requerir financiación externa o no; 2) si sí, no empieces sin tener un plan de cuándo y cómo vas a conseguir ese dinero. Opinión impopular: la financiación viene antes de cualquier otra cosa, antes del negocio, antes del cliente, antes de todo. Todo el mundo dice que el cliente va primero - sí, pero tienes que lograr llegar vivo a tu cliente. Esto es como el oxigeno en los aviones: antes de ayudar a los niños, te tienes que poner tu propia mascarilla.

Cómo empezar a buscar financiación desde el día cero

Es muy difícil levantar dinero cuando todavía no tienes nada, pero aquí te dejo una serie de cosas que puedes hacer desde el día cero para por lo menos prepararte a levantar dinero:

  • Edúcate. Entiende las expectativas de los inversionistas y arma tu plan de ejecución en función de esas expectativas. Lo demás es secundario.

  • Aunque no tengas nada que presentar a un inversionista, nunca es temprano para empezar a socializar con inversionistas. Aprende quiénes son, en que invierten, e incluso habla con ellos. No te digo que malgastes el tiempo de nadie, sino que empieces a crear tu network de contactos en preparación del día en los que les va a necesitar.

  • Cuida tu reputación como emprendedor (y como persona, en general). Los inversionistas al final son personas que invierten en personas, por lo que más allá de lo que crees con tu negocio, es importante que te posiciones como una persona honesta, transparente, trabajadora, inteligente, educada, etc. Y este punto es buena idea en general, incluso si decides no emprender 😉

 

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